martes, 15 de junio de 2010

UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA
FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES
ESCUELA DE ADMINISTRACIÓN Y CONTADURÍA
CÁTEDRA: HISTORIA ECONÓMICA DE VENEZUELA
PROFESOR: GERMÀN JOSÉ GUÍA CARIPE


LA COMPAÑÍA GUIPUZCOANA Y SU INFLUENCIA
EN LA ECONOMÍA COLONIAL






Autores:

Erika Sttengerr

Génesis Betancourt







ÍNDICE

INTRODUCCIÓN

La Compañía Guipuzcoana

La Compañía Guipuzcoana y su influencia en la economía colonial

La Compañía Guipuzcoana en actividad

Aspectos económicos de la Compañía Guipuzcoana

CONCLUSIÓN


BIBLIOGRAFÍA


INTRODUCCIÓN

A comienzos del siglo XVIII, existieron algunas compañías que intervinieron en el comercio de las colonias españolas, como fue el caso de la Real Compañía de Guinea, empresa comercial de origen francés que vendía esclavos; y la Compañía de Asiento Inglés, que igualmente debía encargarse del abastecimiento de esclavos.
Estas empresas aprovecharon el asiento para contrabandear, lo cual perjudicó en gran medida los intereses económicos del gobierno metropolitano y del rey de España. En consecuencia, el comercio ilegal aumentó en forma alarmante, y fue necesario combatirlo. Estas circunstancias dieron paso a la creación de la Real Compañía Guipuzcoana. Ésta fue constituida el 25 de septiembre de 1728, en virtud de una real cédula que expidió el rey Felipe V, para que existiera un comercio recíproco y exclusivo entre España y la provincia de Venezuela, deviene en un ente monopolizador del comercio del cacao y de la venta de productos importados directamente de España, tales como vinos, trigo, telas y hierro, eliminando tanto para los productores como para los consumidores locales la posibilidad de acceder a otro mercado, lo cual genera enormes fricciones sociales y animadversión de productores y comerciantes criollos en contra de dicha compañía, sus medidas y sobre todo, sus prácticas con respecto a la fijación de precios de las mercancías. trae también beneficios, impulsando por su propio interés el desarrollo o mejora de la infraestructura de puertos locales, tales como Puerto Cabello, Maracaibo, Coro y La Guaira, así como el resguardo de toda la costa desde el río Esequibo gasta la Guajira, al occidente, y su defensa en contra de contrabandistas que saboteaban su monopolio.

Operó desde 1730 hasta 1785, y tuvo gran influencia en el desarrollo económico, social y político de la colonia. Trabajó a base de acciones pertenecientes a capitalistas vascos, principalmente de la provincia de Guipúzcoa en el norte de España. . El contrato contemplaba que la empresa tendría el monopolio comercial con la provincia de Venezuela. Así, era la única que podía vender toda clase de mercancías importadas; e igualmente sólo ésta podía comprar los productos y llevarlos a España. Luego de abastecida la provincia de Venezuela, la compañía podía comerciar con las provincias de Cumaná, Margarita y Trinidad. Estaba facultada para llegar indistintamente a los puertos de La Guaira o Puerto Cabello, pero en España debía partir de Guipúzcoa y de regreso atracar en Cádiz.

El establecimiento de esta compañía significó un cambio profundo en el sistema de comercio tradicional de la provincia de Venezuela. Pues al tener monopolio del comercio entre España y la provincia, controlaba los precios de los bienes y los fijaba a su conveniencia, en perjuicio de los consumidores y de los productores locales. En suma, la Guipuzcoana estaba en condiciones de castigar cualquier violación. A raíz de esto, diversos sectores de la población (hacendados, comerciantes, contrabandistas y campesinos) rechazaron la permanencia de la empresa en tierras venezolanas. En un inicio la oposición fue legal y pacífica; pero después se tornó violenta.
Esta insurrección obtuvo grandes logros ya que consiguió que el Rey de España acogiera las acusaciones en contra de la empresa y tomara medidas al respecto. Entonces, se creó una Junta Reguladora de Precios, formada por el gobernador, como árbitro, un diputado del Cabildo y un representante de la Compañía. Inmediatamente, se vio un alza considerable en los precios, que alcanzaba hasta un 80%. Además, se les cedió a los hacendados y cosecheros un sexto de la capacidad de los barcos de la empresa para que remitieran por su cuenta productos a España. Y se les permitió adquirir acciones de la compañía, con lo que comenzaron a percibir beneficios de ésta.Con el establecimiento en 1776 de la Intendencia del Ejército y Real Hacienda, la Compañía Guipuzcoana fue sometida a controles más rígidos y se le redujeron sus privilegios. En 1779, la guerra con Gran Bretaña le impidió cumplir con sus compromisos con España y la provincia de Venezuela. Así fue como el 10 de marzo de 1785, por una real cédula, se ordenó su disolución

sábado, 12 de junio de 2010

La Compañía Guipuzcoana


La Real Compañía Guipuzcoana fue una empresa comercial constituida el 25 de septiembre de 1728, con el objeto de monopolizar el comercio de la provincia de Caracas con España. Operó en Venezuela desde 1730 hasta 1785, es decir, durante más de cincuenta años del siglo XVIII; y tuvo gran influencia en el desarrollo económico, social y político de la colonia. Fue una empresa a base de acciones, cubiertas por capitalistas vascos, principalmente de la provincia de Guipúzcoa, en el norte de España. El Rey tuvo una considerable participación en el negocio, pues recibió de los empresarios 200.000 pesos en acciones. Esta circunstancia dio a la Compañía Guipuzcoana carácter oficial. De allí su denominación de Real Compañía.

jueves, 10 de junio de 2010

La Compañía Guipuzcoana y su influencia en la economía Colonial

Durante la Colonia la fuente de ingresos se basó en la explotación de metales preciosos como el oro y la plata, poco abundantes en Venezuela; en su defecto, los españoles se interesaron por la pesca de perlas en las islas de Cubagua y Margarita, así como a lo largo de la costa oriental hasta el Cabo de la Vela. Tan grande fue la explotación que pronto se extinguieron los ostrales en aquellas islas. A fines del siglo XVI, ante la escasez de monedas, se utilizaron las perlas como medida de trueque. La producción de cacao en Venezuela tuvo gran demanda en los mercados de España, Europa y México. El comercio de cacao con la Nueva España era tal, que los hacendados criollos tenían sus propios barcos para sustentar la exportación y la importación de monedas de oro y plata. Con la llegada de la Real Compañía Guipuzcoana (1728-1785), de origen vasco, ésta quiso participar en dicho comercio, pero fue defendido por la poderosa élite comercial de los productores criollos; al no encontrar apoyo oficial de la Guipuzcoana tuvo que retirarse. El monopolio concedido a dicha Compañía permitía la compra de frutos en la Provincia de Caracas, extendida a las de Cumaná, Trinidad y Margarita, para llevarlos a España y vender en las provincias toda clase de mercancías importadas. Con su llegada se incrementó la producción agrícola, en particular la del cacao y el tabaco; La Compañía fijaba los precios que le convenían, en desmedro de los comerciantes que tenían que aceptarlos sin poder vender en otros mercados. Por otra parte, el contrabando fue controlado con perjucio de los agricultores y comerciantes medianos, quienes vendían sus productos ilegalmente a los holandeses e ingleses. La Guipuzcoana disponía de Patentes de Corso para sus capitanes, éstos debían vigilar las costas desde la desembocadura del Orinoco hasta Riohacha, con derecho a revisar y confiscar la mercancía de los barcos ingleses Por sus acciones contra los productores y comerciantes criollos, así como con los contrabandistas, la Compañía fue concitando enemigos, y entre manifestaciones y protestas la presión fue en aumento.
El tabaco, de origen americano, fue otro rubro importante de la economía, su cultivo se extendió por los Andes, Barinas y los Llanos. Para el siglo XVII el tabaco se utilizaba como medida de trueque para el comercio ilícito con "barcos extranjeros", a fin de evitarlo, en diciembre de 1604 hubo un acuerdo entre el gobernador Mejía de Godoy y el Cabildo para prohibir su cultivo, lo cual ocasionó gran perjuicio a los vecinos. Finalmente en 1606 fue suspendido su cultivo en toda la Provincia de Venezuela, dejando solo unos pocos sembradíos. Ante la depresión económica de la provincia, en 1611 el Cabildo intervino y pidió que cesase la prohibición. Por otra parte, los oficiales reales le planteaban al rey el problema que causaba a la Real Hacienda esta restricción sobre el tabaco, que afectaba a productores y comerciantes así como a los vecinos que trabajaban en esta industria.
A finales del siglo XVI la caña de azúcar fue introducida desde Canarias a las islas del Caribe y de allí pasaron a Venezuela, su cultivo se extendió por los valles y llanos de Caracas, El Tocuyo y otras regiones. Otro rubro de desarrollo económico fue el trigo, se cultivó en los Andes y en los valles de Caracas, desde donde eran exportados.
Desde el siglo XVI la ganadería fue introducida en Venezuela. Losada la llevó para la fundación de Caracas. El Tocuyo, Valencia y San Sebastián de los Reyes fueron grandes distribuidores de ganado vacuno y caballar. La ganadería encontró en las cálidas tierras y abundantes pastos su ambiente natural, por lo que se extendió rápidamente en los llanos; donde se crearon hatos, base de la fundación de muchos pueblos. La exportación de cueros y sebos tuvo mucha demanda entre los siglos XVII Y XVIII.
(Socorro Armas, 2009, p.99)

domingo, 23 de mayo de 2010

La Compañia Guipuzcoana en actividad


Despues de publicarse la cédula, fueron abiertos los libros para suscribir el capital. Las acciones tenían un valor de 500 pesos y se esperaba reunir unos tres millones de pesos; pero sólo la mitad de esta suma fue cubierta. Sin embargo, estos fondos bastaron para iniciar las actividades y el 15 de julio de 1730 salieron de pasajes las primeras naves, dos fragatas y una galera, con los angentes de la Compañia y carga. Estas embarcaciones fueron las fragatas "San Ignancio y San Joaquín", de cuarenta y seis cañones, y la "Santa Rosa", de veinticuatro.

La galera llevaba montados dieciséis cañones. La tripulación total la componían 561 hombres. Llegaron sin contratiempos a la Guaira y sin dilación los angentes establecieron factorías y los guardacostas entraron en acción. Tres meses después siguió una tercera fragata.


A petición del gobernador Sebastián García de la Torre, en 1731, el contador certificó que estas naves habían conducido registrados 564 fardos, 237 cajones, 20 barriles de mercaderías y 159 cesticos con crisoles, midiendo el todo 9.511 palmos. En el momento de presentar este informe había en puerto otras dos naves de la Compañía, pero como no se habían iniciado todavía las diligencias para su descarga, no fueron incluídas en él. (Eduardo Arcila Farias, 1946, p.245).

sábado, 22 de mayo de 2010

Aspectos Económicos de la Compañía Guipuzcoana


Montserrat Garate (1990)
Si para el tráfico colonial catalán se ha afirmado que "comercio supone producción", y que al mismo tiempo la expansión mercantil de Cataluña dependía directamente de su propia producción, tanto agraria como industrial , estaría muy lejos Guipúzcoa de esta situación, en relación con el comercio que llevó a cabo durante XVIII en torno a la Real Compañía Guipuzcoana de Caracas. Para la provincia vasca, referirse al comercio y a los géneros que incorporó poco tiene que ver con la producción de su entorno. Esto no es óbice para que el movimiento mercantil creara unos flujos de bienes, servicios y capitales que se movieron en torno a la Compañía, actuando ésta como centro generador de diversas demandas. Más, ello no significó una relación de dependencia entre producción local o regional y tráfico mercantil. Y quizás habría que añadir, que precisamente San Sebastián, se hallaba situada en el lugar idóneo para recibir con facilidad, y por tanto, poder incluir en los navíos que salían de su puerto, los artículos Europeos que eran más demandados en el mercado colonial. Su localización geográfica y las exenciones forales hacían de la plaza donostiarra el lugar donde llegaban toda clase de géneros, y desde donde eran reexportados a otros lugares. Espacio de tránsito, zona por donde pasaban diversos artículos, convirtieron a San Sebastián en un punto de compra y venta, en donde era más importante conocer la cotización de los géneros en diferentes mercados, que producir para un comercio fuertemente competitivo. (p.367)